viernes, 14 de junio de 2013

Lucero del Alba

 (Canción de cuna para Alba)
 


(Poema dedicado a una niña prematura. Salió del vientre de su madre tres meses antes de lo previsto y nos tuvo con el alma en vilo durante largo tiempo. Pero nació luchadora, y cada uno de sus quinientos gramos de carne y piel se aferraron a la vida con un ímpetu digno de admiración. Bienvenida seas, Alba querida).
 
 
 
A la Luna Lunera
se le ha perdido una estrella,
que vaga triste y sin consuelo,
entre las nubes del cielo.
¿Dónde vas tan sola, criatura?
Preguntó la Noche Oscura.
Soy la hija de la Luna,
me he caído sin querer
y ahora no sé cómo volver.
¿Qué haces aquí, pequeña flor?
Quiso saber la Osa Mayor.
Me alejé en contra de mi voluntad
y no sé cómo regresar.
¿Qué pretendes, chiquilla loca?
Señaló la Bella Aurora.
Busco a mi madre,
soy una estrella.
¡Sólo quiero estar con ella!
No seas insolente,
niña inocente.
Respondió el Astro Rey.
Tu padre Sol,
que soy yo,
 te protege día a día.
Y tu madre,
la Luna,
 vela por ti, noche tras noche.
No hay lugar para el reproche.
Aunque no te des cuenta,
es mi calor el que te calienta.
Aunque tú no lo sepas,
es la Luna la que te alimenta.
Aunque no reconozcas su abrazo,
es ella
la que te acuna en su regazo.
Deja de llorar,

 duerme tranquila,
niña querida, hija del alma.
Tú no eres una estrella
cualquiera.
Tú eres... el Lucero del Alba.

 
 
 
 
 
 


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