lunes, 27 de abril de 2015

Un Sant Jordi más que quedó atrás

 
 

Por un momento temí, el pasado miércoles, que lloviera al día siguiente. Ya se sabe que la primavera es inestable, y no me fío demasiado de las previsiones meteorológicas. Sin embargo, apenas tardé unos segundos en ahuyentar mis temores y pensar: "Imposible. Mañana es Sant Jordi, seguro que lucirá un sol radiante y disfrutaremos de un día espléndido". Y efectivamente, así fue. Para mí la magia empezó la tarde anterior, cuando mi amiga Mei me pidió algunos ejemplares de Pasión en Marrakech y de Me separé, aunque le amaba demasiado, para decorar con libros y rosas, como es su costumbre por estas fechas, el escaparate de su tienda ART I DECORACIÓ.

Y es que éste es uno de los comercios más antiguos del barrio La Marina, que ha logrado sobrevivir a la crisis y a la proliferación de centros comerciales que ha tenido lugar en los últimos años. Mei, la chica de la eterna sonrisa, es muy apreciada en el barrio, tanto que pocos se resisten a hacer una pausa en su tienda para conversar un rato con ella después de la dura jornada laboral o antes de iniciarla. Y yo no soy una excepción. Por otra parte, a la gente del barrio le hace gracia enterarse de que tienen una vecina escritora, y tengo que confesar que Mei ha jugado un papel importante en la difusión de esa información, dándole marcapáginas a sus clientes y a sus amigas. La verdad es que entre ella, mi padre y mi hermana tengo a los mejores representantes de toda la ciudad.


Llegó el 23 de abril, con su habitual ajetreo. Había quedado a las 10h en Jojos Llibres con Óscar, el dueño de esta librería de reciente apertura. Además, estaba deseando conocer a mi compañera de editorial Mencía Yano. Entre unas cosas y otras yo iba en modo "este va a ser un día mágico", por lo que no es de extrañar que ya en el autobús me sentara, con la sonrisa puesta, al lado de un joven lector, y decidiera, así sin más, regalarle unos marcapáginas, hecho que dio pie a una interesante conversación. Casualmente o no (porque soy de las que piensan que todo sucede por alguna razón) el chico resultó ser un licenciado en Historia sumergido en la nada fácil tarea de terminar su doctorado a corto plazo y, a la vez, con el objetivo en mente de escribir una novela histórica. Nuestra improvisada charla giró en torno a ese tema; el suyo me pareció un excelente proyecto; le escuché, le animé, y tengo la sensación de que le di (o me gustaría creer que fue así) el empujoncito que necesitaba para sacudirse el miedo y lanzarse a cumplir su reto. Espero que lo consiga.




 






¡Al fin llegué a Jojos! Con la lengua fuera, por cierto, porque estaba más lejos de lo que había calculado (para mí, que vivo tocando Hospitalet, en el otro extremo de Barcelona). Primero conocí a Óscar, muy simpático, y después a la encantadora Mencía (con la que ya tenía una amistad virtual), que acababa de llegar de su Galicia natal para vivir esa jornada tan especial de Sant Jordi y para presentar su novela El amor siempre llama dos veces.




Mencía y yo pasamos todo el día juntas, de ahí nos fuimos a la Llibrería Santos Ochoa, donde nos esperaba Montse Blanca con su simpatía habitual.



Después corriendo hacia Sagrada Familia, donde en el puesto de la Llibrería La Ploma ya estaba firmando ejemplares de Espérame en París nuestra compañera Susana Cañil, abordando a los clientes con el desparpajo que la caracteriza y esa eterna pose de "antes muerta que sencilla". ¡Cómo nos reímos! El tiempo transcurrió en un plis plas, Mencía y yo tuvimos que despedirnos de Susana y de nuevo a cruzar Barcelona en metro para llegar a Plaza España donde nos tomamos un merecidísimo descanso comiendo en un japonés, en el centro comercial Las Arenas. ¡Pero ahí no quedó todo! Porque después del café de la sobremesa nos dirigimos al Ferrocarril de la Generalitat de Catalunya que nos transportó hasta el Corte Inglés de Cornellà de Llobregat. El cansancio iba aflorando inexorable, sobre todo en ella, que la pobre no había pegado ojo en su noche viajera. Pero ahí estábamos, sin perder la ilusión ni por un instante. Ni siquiera cuando tuvimos la certeza de que la cola kilométrica que nos acechaba no era para nosotras, sino para el político Albert Rivera, de Ciudadanos, que, sentado a nuestro lado, se hinchó de firmar ejemplares de su libro "Un cambio sensato". ¡Ni por esas perdimos las ganas y el buen humor! Fue un día maravilloso lleno de sorpresas. Para Mencía su primer Sant Jordi; para mí el segundo; para ambas apenas unas migajas de lo que serán nuestras largas y fructíferas carreras literarias.



 Ocurrieron un sinfín de anécdotas llenas de encanto, como el hecho de que una admiradora de Mencía no llegara a tiempo a las firmas de Cornellà y nos encontrara después casualmente, paseando por el Corte Inglés. ¡Le dio una alegría! O como reencontrarme con una amiga a la que no había vuelto a ver desde que íbamos juntas a Primaria (¡a E.G.B.!) y que al enterarse de que estaba firmando libros en Cornellà fue expresamente a saludarme.




Dicen que lo bueno si es breve, dos veces bueno. Pues así de rápido se me pasó el día, ¡como en un soplo!

Y ahora ya...
¡A esperar otro Sant Jordi!






 

lunes, 13 de abril de 2015

Magia y pasión en la Ciudad de la Lectura

 


La creación de Un cuaderno en la escalera, hace poco más de dos años, me ha aportado no sólo la posibilidad de darme a conocer como escritora sino, además, la oportunidad de entablar contacto con personas que aman la literatura tanto como yo. Así conocí a Inmaculada Jiménez Gamero, por ejemplo. Aunque también es escritora, ella fue una de las primeras en depositar un comentario en mi blog, en calidad de lectora.

 
Durante un tiempo fuimos "amigas virtuales", pero como la casualidad quiso que la distancia geográfica no fuese un impedimento para conocernos, no tardamos ni dos meses en sentarnos juntas a tomar un café y conversar, como si nos conociéramos de toda la vida. Ahora somos grandes amigas que, entre otras muchas cosas, comparten su pasión por las letras.
 
 


Eso sí, si en algo nos diferenciamos es que yo soy más propensa a encerrarme a escribir y olvidarme del mundo; Inma, en cambio, si bien jamás deja de escribir, tampoco se le escapa ni una sola oportunidad de asistir a tal presentación o tal otro evento. Es un torrente de ideas, no se está quieta. Por eso no me pilló por sorpresa cuando me anunció que tenía una iniciativa para crear un grupo de tertulias literarias, hace ya un par de primaveras.

 


¿Pero dónde, cómo y cuándo? Me preguntaba yo, que no hubiera sabido ni por dónde empezar. Ella, sin embargo, siempre sabe a qué puerta llamar. Hacía tiempo que conocía a Granada Sandoval, poeta y escritora que durante veinticinco años fue presidenta del Círculo Artístico Literario Semillero Azul, entidad de la que formó parte también la pintora María Pilar Gómez de Miguel, primero como vicepresidenta, y luego como miembro del jurado del Certamen Literario que Granada creó. Por separado, cada una en su disciplina, han acumulado largas trayectorias, literaria la una, pictórica la otra; pero es que juntas forman un tándem inseparable en el que el amor por el arte y las letras mueve montañas. Poseen amplia experiencia en este tipo de actividades, tanto en lo que a encuentros literarios se refiere como a presentaciones de autor, exposiciones, etc. Y como Mª Pilar, además de una excelente pintora, es en la actualidad la presidenta de la entidad Cornell'Art Traços (con sede en el Centre Cívic Sant Ildefons, donde imparte clases de Pintura), Inma acertó de lleno al pensar en ella.

Se nos concedió el espacio solicitado y, desde entonces, nos reunimos el primer martes de cada mes para hablar de un autor, desmenuzar su obra y exponer nuestras distintas opiniones sobre la misma. Somos un puñado de personas con algo en común: la pasión por la literatura. A veces son autores antiguos, otras modernos; en ocasiones autores que pasaron hace tiempo a mejor vida, en otras autores que siguen activos. Han pasado por nuestros particulares debates personajes de la talla de Federico García Lorca, Antonio Machado, Walt Whitman, Almudena Grandes, Gabriel García Márquez, Carmen Posadas, Isabel Allende, Antonina Rodrigo, Granada Sandoval... Todo ello en un ambiente amistoso, cálido y entrañable.



 

Fue poco después de iniciar esta aventura cuando Ediciones Tombooktu me ofreció la posibilidad de publicar Pasión en Marrakech. La idea de hacer una presentación en Cornellà de Llobregat surgió en estas tertulias, pero se fue posponiendo por unas razones u otras. Pasó el tiempo, y fue precisamente Inma, con esa capacidad resolutiva que la caracteriza, la que insistió en el tema. Al fin pusimos fecha y hora, y el resto fue coser y cantar.

 










Debo decir que estoy agradablemente sorprendida por la pasión y la entrega que mi apreciada amiga Mª Pilar Gómez de Miguel ha empleado en resolver los entresijos que conlleva la organización de un evento de tales características. Me emociono al pensarlo, y no encuentro suficientes palabras de agradecimiento.
 


La presentación tuvo lugar el pasado viernes, 10 de abril, a las 19'30 horas, en la sala de actos del propio centro cívico en el que celebramos nuestras tertulias mensuales. Fue una tarde maravillosa.


 

Como ya sabéis, cuando voy a tener que hablar en público me pongo siempre un pelín nerviosa en días anteriores, y sobre todo en las horas previas. ¡Y eso que ésta ha sido mi quinta presentación! O sea que ese viernes iba como las locas. Vivo en Barcelona y no dispongo de vehículo propio, tengo por costumbre viajar en transporte público. Cornellà no está lejos y suelo ir en metro, pero ese día tenía que llevar la maleta con los libros, un par de bolsas con cosas de picar, otra con bebidas, el bolso, los tacones... La verdad es que cuando mi vieja y querida amiga Judith me llamó y se ofreció a pasar a recogerme con su coche fue para mí como si se abriera el cielo y bajase un ángel a rescatarme. Y no sólo eso, sino que una vez allí me ayudó con la logística de última hora. ¡Es un solete!





¿Qué más puedo añadir? Todo salió a pedir de boca. No hubo lleno absoluto, pero casi... Me sentí muy a gusto, muy arropada. En la mesa me acompañaron Mª Pilar, Granada e Inma, en un primer momento; después llegó Joana Piñero, que se retrasó por motivos justificados, del todo ajenos a su voluntad. Descuartizaron mi obra milímetro a milímetro y, con una habilidad sorprendente, lograron que a las personas que aún no la conocían le entraran unas tremendas ganas de leerla. Me sentí muy querida, admirada y respaldada.

 

Quiero dar las gracias al cariñoso público que me acompañó esa tarde, y en especial a:
Manuel Moreno (presidente del Centro Andaluz Blas Infante); Félix Mate (vicepresidente del Círculo Artístico Literario Semillero Azul) Francisco Domingo (fotógrafo); Anabel Pérez (escritora) Genoveva Fernández (directora del teatro “Máscaras”) Paulí Collado (escultor y director de cine); Narciso Vizuete (representante de la entidad Contra la violencia de género, que ha grabado un vídeo de la presentación estupendo); Pepa Fraile (escritora); José Manuel Parrado (concejal de deportes del ayuntamiento de Cornellá); Mary Crisóstomo, Julia Relancio, Amelia Cabestany, Rosi Díaz, Charo Moreno (de la escuela Cornell'art Traços)...
 
Y, por supuesto, también doy las gracias a mi hijo Christian (que estuvo en el puesto de ventas al pie del cañón); a mi marido, Zuhair; a mis padres, Plácido y Ana; a mi hermana Anita; a mis compañeras de tertulias; a mis amigas; a las amigas de mis amigas, etc, etc...

Una vez más a mis queridas compañeras de mesa: Mª Pilar, Granada, Joana e Inmaculada, porque no imagino a nadie mejor para ensalzar como lo hicieron a mi niña, Pasión en Marrakech, y a mi propia persona. GRACIAS.
 
Y, cómo no, al Ajuntament de Cornellà de Llobregat, por permitir este tipo de actos en la Ciutat de la Lectura.



 
 



¿Escritora en crisis?

Estoy en crisis, me digo a mí misma. ¿Por qué? Me pregunto, iniciando una especie de monólogo interno absurdo. Porque aún no he empezado la ...