La vez anterior que
visité esta hermosa ciudad, lo hice con un objetivo concreto: asistir a un
concierto de U2 en el Santiago Bernabeu que tenía como invitados a artistas de
la talla de Pretenders y UB40. Tuvo lugar el 15 de julio de 1987 y para mí fue
un acontecimiento especial del que disfruté con esa intensidad con la que solo
se goza a los 20.
O sea que cuando
aterricé en la estación de Atocha, a las 9h de la mañana, el sábado, 31 de mayo
de 2014, llevaba nada más y nada menos que veintisiete años sin pisar la capital de
España. En esta ocasión lo hacía también con una meta clara, aunque muy
distinta: firmar ejemplares de mi novela Pasión en Marrakech en la Feria del
Libro, convertida ya en una mujer madura que lucha por
darse a conocer como escritora y por consagrar la que siempre fue su vocación.
Madrid me recibió con
un sol espléndido, y eso que había estado nublado en días anteriores, o eso fue
lo que me contaron. Descendí del Ave sonriente y pletórica, dispuesta a la
aventura, expectante. No recordaba la inmensidad del Parque del Retiro, tuve
que preguntar a varias personas para no perderme, antes de alcanzar mi destino:
la caseta 175.
Al fin pude ponerles
caras a algunos miembros de Ediciones Nowtilus/Tombooktu con los que llevo más
de un año en contacto continuo a través del correo electrónico, el teléfono y
las redes sociales, como Santos Rodríguez, Teresa e Isabel López-Ayllón. Aunque
me hubiera gustado conocer también a Raquel, a Ana Isabel... Todos fueron amables conmigo y me sentí muy a gusto con ellos, en su caseta, que por un ratito fue también mía (aunque, con el permiso de los demás, debo decir que le tengo especial aprecio a Isabel porque fue ella la que me descubrió a través de este blog y la primera que contactó conmigo).

Mi jornada de firmas
empezó a las 12h y lo hizo con timidez. Escasas personas se acercaban al principio, luego algunas sintieron curiosidad, y poco a poco la cosa se fue
animando bastante. Me dio gran alegría que fueran a verme mis primos Oscar, Elena,
Iván y Mari Carmen, con los niños. Y también que lo hiciera Rocío (Sherezade), una amiga a
la que sólo conocía a través de las redes. Había gente que se
acercaba a hojear algún ejemplar de Pasión en Marrakech por azar, pero otra ya había oído hablar de la novela y la buscaba expresamente. Era emocionante
presenciar con qué entusiasmo me pedían que les firmara mi libro. Eso no tiene precio, os lo aseguro.



Tuve algunas sorpresas
inesperadas, como la grata visita de Natalia Pulido, periodista y fotógrafa (http://villaviciosadigital.es/) que
ya me entrevistó por teléfono en octubre de 2013, nada más publicarse Pasión en Marrakech, y
volvió a hacerlo hace unos días, con motivo de la Feria del Libro, y para
comprobar cómo me ha ido en estos ocho meses. Natalia es encantadora y
conocerla en persona fue para mí todo un placer.
Mi jornada de firmas
finalizó a las 14h, me resistí como nunca a abandonar mi puesto... y sólo lo
hice porque no me quedaba otro remedio.
No pude conocer a mi querida Almudena Grandes, ¡qué lástima! Con la ilusión que me hacía... Ella estuvo la tarde anterior firmando Las tres bodas de Manolita y lo volvería a hacer varios días después. Pero no coincidimos.
El día se esfumó
en un soplo. Por la tarde alguna que otra visita turística y a las 20,30h me
subía de nuevo al tren de Alta Velocidad para regresar a mi ciudad.
Ha sido todo un honor para mí estar presente en la 73ª edición de la Feria del Libro de Madrid, en la caseta 175, muy cerca de otras casetas en las que han firmado, firman y firmarán grandes autores que forman parte de la historia de la literatura.
Gracias, Madrid, por tu
estupenda acogida. Y una cosa tengo clara: esta vez no voy a tardar veintisiete
años en volver.